lunes, 19 de agosto de 2013

Microhistorias: El pinball a juicio, una partida para la historia

Sharpe, jugándose el futuro de la industria
Parecía un día como otro cualquiera, pero un día de abril de 1976 estuvo en juego el futuro de la industria del ocio de entretenimiento. En los juzgados de Nueva York se jugaría una partida de pinball de la que en buena medida dependía el destino de la industria del entretenimiento de las máquinas que operaban con monedas. 

Tras 40 años de ilegalización de las máquinas de pinball en las ciudades de Nueva York y Chicago por su asociación al juego y por ende a actividades de la mafia; se le ofrecía a estas máquinas una oportunidad única de liberarse de esta prohibición. 

El resto de la industria del ocio electrónico puso toda su atención en aquel juicio y es que lo que realmente estaba en juego era el buen nombre de toda la industria del entretenimiento que englobaba a todas las máquinas que operaban con monedas y al emergente mundo del videojuego


LaGuardia destruyendo máquinas de pinball
El proceso judicial comenzó a principio de 1976 cuando Irving Holzman, el presidente de la asociación de música y entretenimiento, propuso a los tribunales eliminar la prohibición que ya duraba 40 años y que fue iniciada por un antiguo alcalde de Nueva York llamado Fiorello LaGuardia

Gracias a Gottlieb y Williams (dos de los primeros constructores de pinball) que habían publicitado positivamente las máquinas de pinball desde 1972, hicieron a Holzman sentir que había llegado el momento de acabar la prohibición completamente. 

El argumento principal para conseguirlo consistía en demostrar que el juego de pinball se basaba en la habilidad y no en el puro azar; de esta forma se conseguiría alejar el fantasma de las máquinas de juego y apuestas asociadas a la mafia en la que había caído el pinball 40 años antes. 


Publicidad sobre el pinball Bank Shot
El juez estuvo de acuerdo en tener una audiencia sobre esta cuestión en abril de 1976. Un testimonio clave en las audiencias vino de la mano del editor y periodista Roger Sharpe . Sharpe era un apasionado de los pinball a los que habitualmente jugaba, después de completar un estudio sobre ellos, decidió escribir un libro sobre la historia de la industria del pinball

Sharpe testificó acerca de los pinball y sobre la habilidad necesaria para jugar a ellos. Habló sobre el trabajo de diseñar estas máquinas y de la popularidad de los mismos en los Estados Unidos y en otras ciudades del mundo. Tras su testimonio, Sharpe fue requerido en la sala del juzgado para demostrar su habilidad a los mandos del pinball. 


Detalle del marcador del pinball Bank Shot
Roger Sharpe 
"Tras mi testimonio, fui requerido para ofrecer una demostración ante el juez y mostrar como el juego estaba basado en la habilidad y no en la suerte. Hay algo divertido en todo esto, había dos juegos preparados, el segundo juego era una copia del otro para el caso de que fallase uno de ellos. 

Al final de mi testimonio y en la cabecera de los tribunales el fiscal  dijo, 'Entiendo que ahora nos vas a mostrar como se juega al pinball'. Yo les dije, 'Si' y el dijo, 'Pero no lo vamos a hacer en ese juego, vamos a hacerlo en aquel'. Creo que pensaba que una de las máquinas estaba trucada." 

Sharpe fue encomendado a jugar a un pinball de Gottlieb llamado Bank Shot. Comenzó describiendo la máquina al juez, explicando los objetivos y las reglas. Tras las explicaciones, Sharpe jugó dos bolas, dando a conocer sus habilidades y mostrando el uso de los flippers; pero la presión de todas las miradas a las que estaba sometido (prensa, fiscal y el juez) provocaron que no fueran muy exitosos esos dos primeros intentos. 

En su tercera bola decidió jugarse el todo por el todo, quiso probar a todos los presentes que la utilización adecuada del émbolo lanzador también requería de habilidad. 


Tablero pinball Bank Shot

Roger Sharpe
"Al comienzo de mi tercera bola, dije: 'Usar el émbolo lanzador también requiere habilidad'. Había 5 caminos en la parte superior de la mesa de juego. Apunte a uno de los caminos y dije, si lanzo con la potencia adecuada la bola ira al camino central'. Preparé el lanzamiento y la bola fue rebotando, rebotando hasta entrar en el camino correcto'. 

'De acuerdo, ya hemos visto suficiente' dijo el juez. 

Estaba preparado para jugar una partida completa. El juez (la petición para legalizar el pinball) lo aprobó de forma contundente. El 1 de agosto de aquel año el alcalde firmó una nueva ley que permitía de nuevo operar con máquinas de pinball en la ciudad" 

Quizás la industria del ocio que hoy conocemos hubiera cambiado si aquella bola no hubiese entrado por el camino correcto y el juez hubiera tomado la decisión de continuar con la prohibición de los pinball.

2 comentarios:

Como siempre, no tenía ni idea pero me ha parecido un interesantísimo pasaje de la historia! Además, imagino la presión que debió pasar el hombre jugando bajo la minuciosa mirada del juez y con tantísimo en juego, y creo que con tal panorama, algo pudo influir el azar en el lanzamiento decisivo (qué paradoja, no?)

Eso si que es un logro, "ganar partida ante la atenta mirada de un juez.

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